Kesha conquista el mundo
La chica rebelde de la música pop
Tiene 22 años y ya ha colocado cuatro singles a nivel mundial y las ventas de sus discos llegarían a las tres millones de copias.
Jueves, 19 de agosto del 2010 | Autor: Sergio Paz | Visitas: 878
Kesha es sinónimo de rebeldía en su máxima expresión. “Dinamita pura” como algunos DJs la llaman cuando pinchan sus canciones en las discotecas de todas partes del mundo.
Solo lleva ocho meses desde que lanzó al mercado Animal, su álbum debut, y ya ha arrasado con las listas de preferencias y ventas, superando incluso a Lady Gaga, la máxima exponente de una nueva ola femenina que ha puesto de vuelta y media a la música pop.
Según la revista Billboard, Animal ha vendido más de un millón de copias, solo en Estados Unidos y Canadá, y podría llegar a los tres millones si se cuentan los países de Europa y Asia, donde Kesha es un fenómeno.
A Tik Tok, su primer single, le costó solo tres días para llegar al número uno y ha vendido cuatro millones de unidades, marcando un nuevo récord en descargas digitales para un artista nuevo. De ahí han seguido Blah, blah, blah; Your love is my drug y Take it off con resultados igual de exitosos.
Todos quieren escuchar a Kesha, pero en especial, todos quieren bailarla. Y es que el estilo de esta californiana de 22 años, desenfadado y pegadizo, ha seducido a millones de adolescentes –y adultos– que quieren un pasar un buen rato, lejos de las preocupaciones y el estrés.
DR. DUKE, HACEDOR DE ESTRELLAS
El responsable del éxito de Kesha es Dr. Duke, quien es un viejo conocido de la industria al producirle también canciones #1 a Britney Spears, Kelly Clarkson, Katy Perry y Avril Lavigne, entre otras estrellas juveniles del momento.
Sin embargo, con Kesha el vínculo es más especial. Fue un buscar y un encontrar que demoró un tiempo. Desde el 2007, la cantante había actuado en varios locales nocturnos de Los Ángeles a los que suelen llegar productores y compositores de la movida californiana a la caza de nuevos valores.
En una de esas noches, Dr. Duke se fijó en la joven y esta le entregó un demo con su trabajo. “Estaba buscando a una artista con una voz especial y distinta, con su propio estilo. Apareció Kesha y se acabó la búsqueda”, dijo Luke en una oportunidad.
El productor empezó a involucrarla en sus proyectos y fue así que la invitó a grabar en Right Round del álbum R.O.O.T.S de Flo Rida, y después con Rihanna. “La chica no se amilanaba por los retos, tenía cosas que decir y eso vale mucho en este negocio. Ella no espera que las cosas le caigan del cielo”, comentó Duke.
Tras varias negociaciones, Kesha firmó contrato con RCA Records en el 2008 para grabar su primer álbum y el resto es historia. Ella decidió que escribiría todas sus canciones pues nadie más podía expresar lo que pasaba por su mente y el resultado es, por lo menos, destacable.
Kesha habla del amor y del desamor, pero en una forma descarnada. No se hace problemas para decirle a un chico que “es su mejor droga”, pero no tiene empacho de mandarlo al diablo si le pone los cuernos. No se complica en nada, lo hace de la forma más simple, y ahí tal vez radica la clave de su éxito.
FALLAS MUSICALES
El disco, sin embargo, sí ha recibido críticas por el manejo musical de las piezas. Con un marcado pop electrónico –sazonado con energía punk– Animal abusa en algunos temas de Auto-Tune que opacan la verdadera voz de Kesha.
“Tik Tok es un ejemplo claro de la facilidad con la que un individuo sin capacidad vocal puede cantar”, declaró la periodista Mónica Herrera de Billboard. Blah, blah, blah tiene estribillos que hacen recordar al pionero Believe –de Cher– que en 1998 inició la costumbre de maquillar la voz con el Auto-Tune. (Una mala maña de la que abusa la Sra. Spears, por cierto)
Kesha ha defendido sus cualidades vocales y asegura que ella sí canta en comparación con otras “princesas” que solo usan playback –¿golpe bajo y merecido a Britney? –. La mejor forma de demostrarlo será en la serie de 25 conciertos que realizará pronto junto con Rihanna en la Unión Americana.
“Tengo confianza en mi voz, esto es lo que he querido hacer toda mi vida. No me van a venir joder con comentarios estúpidos”, dijo Kesha a la cadena E! revelando esa personalidad agresiva que exuda y libera, aun más, con unos tragos encima.
Solo lleva ocho meses desde que lanzó al mercado Animal, su álbum debut, y ya ha arrasado con las listas de preferencias y ventas, superando incluso a Lady Gaga, la máxima exponente de una nueva ola femenina que ha puesto de vuelta y media a la música pop.
Según la revista Billboard, Animal ha vendido más de un millón de copias, solo en Estados Unidos y Canadá, y podría llegar a los tres millones si se cuentan los países de Europa y Asia, donde Kesha es un fenómeno.
A Tik Tok, su primer single, le costó solo tres días para llegar al número uno y ha vendido cuatro millones de unidades, marcando un nuevo récord en descargas digitales para un artista nuevo. De ahí han seguido Blah, blah, blah; Your love is my drug y Take it off con resultados igual de exitosos.
Todos quieren escuchar a Kesha, pero en especial, todos quieren bailarla. Y es que el estilo de esta californiana de 22 años, desenfadado y pegadizo, ha seducido a millones de adolescentes –y adultos– que quieren un pasar un buen rato, lejos de las preocupaciones y el estrés.
DR. DUKE, HACEDOR DE ESTRELLAS
El responsable del éxito de Kesha es Dr. Duke, quien es un viejo conocido de la industria al producirle también canciones #1 a Britney Spears, Kelly Clarkson, Katy Perry y Avril Lavigne, entre otras estrellas juveniles del momento.
Sin embargo, con Kesha el vínculo es más especial. Fue un buscar y un encontrar que demoró un tiempo. Desde el 2007, la cantante había actuado en varios locales nocturnos de Los Ángeles a los que suelen llegar productores y compositores de la movida californiana a la caza de nuevos valores.
En una de esas noches, Dr. Duke se fijó en la joven y esta le entregó un demo con su trabajo. “Estaba buscando a una artista con una voz especial y distinta, con su propio estilo. Apareció Kesha y se acabó la búsqueda”, dijo Luke en una oportunidad.
El productor empezó a involucrarla en sus proyectos y fue así que la invitó a grabar en Right Round del álbum R.O.O.T.S de Flo Rida, y después con Rihanna. “La chica no se amilanaba por los retos, tenía cosas que decir y eso vale mucho en este negocio. Ella no espera que las cosas le caigan del cielo”, comentó Duke.
Tras varias negociaciones, Kesha firmó contrato con RCA Records en el 2008 para grabar su primer álbum y el resto es historia. Ella decidió que escribiría todas sus canciones pues nadie más podía expresar lo que pasaba por su mente y el resultado es, por lo menos, destacable.
Kesha habla del amor y del desamor, pero en una forma descarnada. No se hace problemas para decirle a un chico que “es su mejor droga”, pero no tiene empacho de mandarlo al diablo si le pone los cuernos. No se complica en nada, lo hace de la forma más simple, y ahí tal vez radica la clave de su éxito.
FALLAS MUSICALES
El disco, sin embargo, sí ha recibido críticas por el manejo musical de las piezas. Con un marcado pop electrónico –sazonado con energía punk– Animal abusa en algunos temas de Auto-Tune que opacan la verdadera voz de Kesha.
“Tik Tok es un ejemplo claro de la facilidad con la que un individuo sin capacidad vocal puede cantar”, declaró la periodista Mónica Herrera de Billboard. Blah, blah, blah tiene estribillos que hacen recordar al pionero Believe –de Cher– que en 1998 inició la costumbre de maquillar la voz con el Auto-Tune. (Una mala maña de la que abusa la Sra. Spears, por cierto)
Kesha ha defendido sus cualidades vocales y asegura que ella sí canta en comparación con otras “princesas” que solo usan playback –¿golpe bajo y merecido a Britney? –. La mejor forma de demostrarlo será en la serie de 25 conciertos que realizará pronto junto con Rihanna en la Unión Americana.
“Tengo confianza en mi voz, esto es lo que he querido hacer toda mi vida. No me van a venir joder con comentarios estúpidos”, dijo Kesha a la cadena E! revelando esa personalidad agresiva que exuda y libera, aun más, con unos tragos encima.
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